A veces se pierde la fe y un arrebato de locura nos obliga a desconectar todo vínculo con la naturaleza de origen. La inmolación adquiere, entonces, sentido de purificación. OREJAS DE BURRO tuvo una época, un ciclo y un amor interrumpido a la palabra. Hoy renace, en la terquedad, el sueño y la esperanza, gracias a la flaca voluntad de una razón en la conciencia, que salva a las OREJAS del naufragio.
sábado, 15 de noviembre de 2008
DÉDALO
jueves, 13 de noviembre de 2008
MITOLOGÍA POSMODERNA
Yo no robé el armiño ni arranqué el pan de la boca porque no acostumbro el vandalismo en asuntos tan apasionados. Me distingue la conquista de montañas y planicies sin perturbar el canto de los pájaros. Los daños a terceros son, si acaso, gajes del oficio y no meras intenciones. En el espectro de luz que se arquea bajo la lluvia, sólo tú, señor de las tinieblas, amo de la tenebra y el presagio, no tienes un lugar ni voz ni voto. Y mucho menos tendrás el beso compasivo de Helena. Tártaro rufián, conozco la prosapia de tu origen. Hurtaste un mechón dorado al sol y te sentiste tocado por la gloria. Tus días están contados, Masrud. No hay mesa para tres. Se acabaron las parrandas y el jolgorio. No más arrebatos. No más negras intenciones. Beberás la cicuta en tu café y volverás a tu lugar de origen. Hades te espera, o quizás, un pobre diablo.
Guillermo Berrones
martes, 11 de noviembre de 2008
POSTAL DE IRLANDA
jueves, 6 de noviembre de 2008
SÚPLICA
inundado de espuma
con la bravura de la sangre azul tendida en mi horizonte
traer la sal en grano hasta tu mesa
y un pez dorado de mirada triste.
Me ciega el iracundo embeleso del verano en tus ojos.
Pero no soy un pescador de redes ni de arpones
vine arrastrado por las aguas de un río que nace en la montaña.
Soy la piedra de la suerte en tu bolsillo
el talismán que te protege del espanto.
Déjame estar callado en tu vesícula,
anidar en tu riñón izquierdo
o dame un rincón en tu zapato.
No me tires al pedregal del abandono
ni me lances al océano del olvido
guárdame, si quieres, en el macetero de lo tréboles marchitos
donde caga el gato cada noche.
martes, 4 de noviembre de 2008
ATARDECER
Hay en mi ciudad un cerro
que en las tardes de noviembre
se coloca suavemente
el pijama de sombras
que le da la sierra madre.
Guillermo Berrones