martes, 3 de marzo de 2009

FANTASÍA

Estoy lamiendo una lata de sardinas y el filo ha rebanado mi lengua, en ella va el sabor de la memoria. Fluye la sangre, como esta mañana el flujo de tu orgasmo humedeció la sábana de hotel donde las paredes añiles huelen a orines de incógnitos amantes. No hay recato, de este lado, el lado de la penumbra, está agazapada la fantasía, que se desdobla soberbia cuando apareces desnuda en el reino atípico de los horarios restringidos. Los espejos hacen eco de imágenes grotescas agitándose sudorosas. Hay hongos duchándose en la tina y un letrero advierte de su uso bajo riesgo. A quién le cuento que tengo lacerada mi lengua, que la lata de sardinas huele a tu vientre de gacela azul en la florida tempestad de un invierno moribundo. El desvarío bien merece un cuento corto y un final feliz y predecible.
Guillermo Berrones

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