La daga que ha de matarme será de doble filo y tendrá inscrito tu nombre en la empuñadura. Sucederá en el despertar de un grito que emerja de la entraña de un martes olvidado. El gigante ofendido segará al otoño y un niño vagará descalzo sobre las cenizas encendidas de mi nombre. En la orfandad que causa tu presencia ausente me asalta el perturbado sueño de un final sangriento que no llega, se retrasa, se posterga… Y cae la noche en pausas aletargadas para dar paso a un nuevo día ensombrecido por la duda y el desconcierto. Así, el destino se envilece y la muerte es una larga espera.
Guillermo Berrones
4 comentarios:
La anunciación:
“matarme”, “un martes olvidado”, “segará al otoño”, “las cenizas encendidas”, “un final sangriento”, “un nuevo día ensombrecido”, “el destino se envilece”, “la muerte es una larga espera”
Demasiada oscuridad para un anuncio.
¿Es el poema o es mi estado deprimido?
"la vida es una gran sala de espera, la otra es una caja de madera" Calamaro.
Al nombrar a la muerte como una larga espera, se puede pensar que esa -duda-, -la ausencia-, lo que no se dijo, lo que se había olvidado y ahora resurge es lo que va matando poco a poco.
No es que alguien empuñe la daga para que otro muera, porque no es necesario, con esa espera de un final que se retrasa,se posterga es suficiente.
Muchos saludos!!! =)
¡Ánimo y salud!
Que siga la pluma desgranadose en escritos.
Un abrazo,
Liz
compadre como estas soy Victor trabaje contigo en CONAFE, debo confesarme admirador de tu literatura quisiera algun dia ser como tu, realmente eres un Maestro y me da mucho orgullo conocerte y ser tu amigo
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