jueves, 13 de noviembre de 2008

MITOLOGÍA POSMODERNA

Yo no robé el armiño ni arranqué el pan de la boca porque no acostumbro el vandalismo en asuntos tan apasionados. Me distingue la conquista de montañas y planicies sin perturbar el canto de los pájaros. Los daños a terceros son, si acaso, gajes del oficio y no meras intenciones. En el espectro de luz que se arquea bajo la lluvia, sólo tú, señor de las tinieblas, amo de la tenebra y el presagio, no tienes un lugar ni voz ni voto. Y mucho menos tendrás el beso compasivo de Helena. Tártaro rufián, conozco la prosapia de tu origen. Hurtaste un mechón dorado al sol y te sentiste tocado por la gloria. Tus días están contados, Masrud. No hay mesa para tres. Se acabaron las parrandas y el jolgorio. No más arrebatos. No más negras intenciones. Beberás la cicuta en tu café y volverás a tu lugar de origen. Hades te espera, o quizás, un pobre diablo.

Guillermo Berrones

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