domingo, 10 de octubre de 2010

BOTELLA AL MAR

El mar de autos ruge en la marea del viernes. No hay faro que oriente a los enamorados, a los cazadores de ostras en el cielo. Solo quedan preguntas sin respuestas y la suerte de un mensaje entre las manos de un indigente paticojo. ¿En qué orilla mojó sus pies la que lanzó sobre la espuma esa botella? ¿en qué horizonte clavaron la mirada sus ojos anegados? ¿cuántos años doblaron su paciencia de mujer? En la costera, una calle maltratada por los vándalos del sueño, un hombre lee el mensaje abandonado a la suerte de los pepenadores: “sin la certeza, pero con la esperanza de verte, estuve aquí, a la misma hora, en el mismo espacio, esperando verme en tus ojos”. El indigente guardó el mensaje y la botella en su costal de recuerdos y siguió remando a contracorriente.

2 comentarios:

Zeth dijo...

Perdon por la intromision, pero ¿eres tu el del libro Semaforo en rojo? Si es asi, la verdad admiro tu trabajo y si no, pues tambien lo admiro. Un saludo, maestro.

Zeth dijo...

Hace poco platicaba con un amigo y me pregunto si tenia algun texto de Guillermo Berrones y recorde que lei algo en una serie llamada "Abrapalabra" y le prometi que buscaria ese pequeño libro, hasta le conte la breve historia aquella donde hay un Renault, una perra con chiches guangas y un telefono repicando en la madrugada. Quiza me equivoco pero por alguna extraña circunstancia lei algun comentario tuyo sobre alguien llamado Oscarin hablando sobre la secundaria federal numero 2, lugar donde yo estudie. En fin, te dejare mi correo para saber que esto no es producto de mi borrachera. geramdel@hotmail.com